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La llave de la recuperación. Será necesario armar una estrategia sólida que esté consensuada con todos los agentes del sector -desde los profesionales a la patronal y los sindicatos-, con políticas públicas sólidas y ambiciosas, que contemple, dentro de un plan de reactivación, la respuesta a los grandes desafíos que siguen pendientes

Artículo de opinión de Lluís Comerón, presidente del CSCAE, en la revista CIC Construcción 561. Puedes descargarla en este enlace.

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La llave de la recuperación
Lluís Comerón – presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España

La crisis sanitaria derivada del coronavirus ha alterado radicalmente nuestras vidas. A los miles de personas que han fallecido hay que añadir una situación de confinamiento inédita para la que nadie estaba preparado. De la noche a la mañana, los compartimentos estancos que separaban los planos personal y laboral de la vida se han diluido. Nuestras viviendas se han convertido en lugares para todo -hogar, trabajo y ocio- y se ha magnificado la percepción que tenemos de ellas. Ahora, somos mucho más conscientes de sus carencias y también de la importancia que tienen el diseño y la calidad y distribución de los espacios para vivir mejor.

La toma de conciencia del valor de la habitabilidad, el confort y la capacidad de nuestras viviendas para acoger y facilitar nuestras actividades durante el confinamiento es un estímulo para desarrollar y acelerar las políticas de adaptación del parque residencial y renovación urbana que ya eran tan necesarias antes de la crisis del coronavirus. Los datos son claros y objetivos: mientras que la tasa media de gran rehabilitación en la Unión Europea es del 2%, en España es un escaso 0,2%, y el parque de alquiler social, necesario para satisfacer el derecho constitucional a la vivienda, ronda el 2% cuando la media europea gira en torno al 10%. Hay mucho camino por recorrer, y la equiparación con las ratios europeas permitiría ocupar a unas 400.000 persona más, absorbiendo así desempleo generado en otros sectores.

Sin embargo, mientras esta percepción de los espacios se ha amplificado y abre una oportunidad para saldar cuentas sociales que estaban y siguen estando pendientes, de forma paralela, no solo hemos sido testigos del hundimiento de sectores clave, como el turismo y el comercio. Las dos semanas de hibernación de la economía ordenadas por el Gobierno para frenar los contagios y la ralentización actual ponen en riesgo a otros sectores estratégicos, como la construcción. Un sector esencial que emplea a cerca de 1,3 millones de personas trabajadoras y que, en un momento tan crítico como este, puede tener la llave de la recuperación del país, siempre que haya una apuesta decidida por parte de los poderes públicos.

Para ello, además de garantizar las medidas de seguridad y salud pertinentes para evitar el riesgo de contagio de la enfermedad, será necesario armar una estrategia sólida que esté consensuada con todos los agentes del sector -desde los profesionales a la patronal y los sindicatos-, con políticas públicas sólidas y ambiciosas, que contemple, dentro de un plan de reactivación, la respuesta a los grandes desafíos que siguen pendientes: acceso a la vivienda, rehabilitación del parque residencial para adaptarlo a las necesidad de accesibilidad, sostenibilidad y nuevos hábitos de la ciudadanía y regeneración urbana y la modernización del sector para reorientarlo a dar respuesta a dichos desafíos de forma eficiente.

El contexto no es fácil, pero las necesidades son nítidas. Vacilar y demorar la acción solo empeorará el estado de las cosas. Hay que actuar y hacerlo de forma planificada y con unidad, de la única manera que la Historia nos ha enseñado que es posible superar los grandes retos.

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