- La coordinadora del “Observatorio 2030” del CSCAE participa en un foro sobre cambio climático organizado por Sociedad Civil por el Debate
- Ángela Baldellou subraya la importancia de que nuestro país acometa una renovación generalizada e integral del parque de viviendas, obsoleto e hipercarbónico
- Colectivos profesionales, sociales y económicos piden inversión en I+D+i, alianzas y más ambición para “actuar ya” contra el calentamiento global
Madrid, 8 de octubre de 2019. “En 2050, el 70% de la población vivirá en las ciudades, que consumirán el 80% de la energía mundial y serán responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso, hay que poner medidas ya para que nuestras ciudades sean más sostenibles, justas, inclusivas y resilientes”. Esta reivindicación resume la participación de la directora de gabinete del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos (CSCAE) y coordinadora del “Observatorio 2030”, Ángela Baldellou, en el foro sobre cambio climático que Sociedad Civil por el Debate celebró en la sede del Colegio de Abogados de Madrid, donde subrayó la importancia de acelerar la transición energética en España y expuso el trabajo que se está realizando, desde el CSCAE, para contribuir a ello y garantizar el bienestar de la población.
En el encuentro, que estuvo moderado por el periodista Manuel Campo Vidal, Baldellou destacó la declaración institucional de emergencia climática del Consejo Superior y de todos los Colegios de Arquitectos de España para conseguir que nuestro país sea una economía sostenible y de bajo impacto ambiental en 2050, y el “Observatorio 2030”. Un proyecto liderado por el CSCAE que ha forjado más de 85 alianzas estratégicas con abogados, economistas, sector financiero, industrias, empresas, fundaciones y sociedad civil para “trabajar de la mano, de manera holística y transversal”, en la creación de “ciudades y territorios resilientes”.
La coordinadora del CSCAE lamentó que España “va tarde” en la lucha contra la emergencia climática, con una tasa de rehabilitación de viviendas muy inferior a la media europea, pese a que el parque residencial, formado por 25,5 millones de viviendas, está “obsoleto y es hipercarbónico”. “Los jóvenes, toda la sociedad, tenemos que provocar y pedir a las administraciones políticas reactivas”, animó Baldellou, que abogó por una renovación generalizada e integral de las viviendas y del entorno edificado en nuestro país que se afronte con visión global y a largo plazo.
En este sentido, Campo Vidal, como director del debate y presidente de Next Educación y de Sociedad Civil por el Debate reclamó un Pacto de Estado contra el cambio climático. “Vamos tarde”, insistió también, y hay que reaccionar -dijo- frente a la evidencia de hechos que salen a diario en los medios, como la pérdida de la mitad del caudal del Ebro en los últimos 25 años o el impacto de la contaminación de Madrid en Soria y otras poblaciones de la España vaciada.
En el foro también participaron el presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Serafín Romero; la asesora ejecutiva de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Cristina Monge; la responsable de Proyectos Especiales en la Dirección de Políticas Energéticas y Cambio Climático de Iberdrola, Marta Martínez, y Yolanda Moratilla, presidenta del Comité de Energía y Recursos Naturales del Instituto de la Ingeniería de España (IIES). Entre el público había estudiantes del instituto de Secundaria “Las Lagunas”, de Rivas (Madrid), que incluirán un trabajo sobre este encuentro en la próxima Semana de la Ciencia que realizarán en abril.
Salud colectiva
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos dice que tenemos que establecer alianzas, concienciar y poner la ciencia encima de la mesa para combatir el cambio climático, porque es un problema de salud pública que nos afecta a todos: el aire se nos estropea, el agua y los alimentos escasean”, alertó el presidente de la OMS, que advirtió de las infecciones que nos van a afectar, en los próximos años, debido a la contaminación del aire y del agua.
“En 2050 la resistencia a los antibióticos hará que las infecciones y no el cáncer, como hasta ahora, sean la principal causa de muerte en el mundo”, señaló Serafín Romero, que lanzó un “no dejemos a nadie atrás” en referencia a los ciudadanos más pobres y vulnerables, y anunció que el Instituto Carlos III de Madrid hará un estudio sobre cambio climático y ola de calor, un fenómeno que, en 2003, provocó la muerte de 6.000 personas en España y de 70.000, en Europa.
Para la socióloga Cristina Monge, el cambio climático es una cuestión de presente, no de futuro: “Nos enfrentamos al problema de que las condiciones necesarias para que se de la vida en el planeta”. La asesora ejecutiva de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) recordó que, en la última Cumbre del Clima, en Nueva York, el presidente francés, Emmanuel Macron, urgió a la UE a plantearse una política comercial exterior que “tenga en cuenta la lucha contra el calentamiento global y la defensa de los bosques. “¿Qué hacemos comerciando con países que comprometen la Amazonía?”, preguntó Monge. Todos los intervinientes coincidieron con ella en que, además de acciones individuales, necesitamos “el poder del BOE”. Es decir, “liderazgo político” para acelerar la transición.
Como la directora de Gabinete del CSCAE, la responsable de Proyectos Especiales en la Dirección de Políticas Energéticas y Cambio Climático de Iberdrola, Marta Martínez, demandó “políticas claras y a largo plazo, con estrategias definidas y estables”. Para esta economista, el consenso social ha traído más acción, como demuestran la movilización de los jóvenes y del sector financiero”, que está retirando sus fondos de empresas basadas en los combustibles fósiles para invertir en otras que apuestan por las renovables.
Por su parte, Yolanda Moratilla, presidenta del Comité de Energía y Recursos Naturales del Instituto de la Ingeniería de España (IIES), remarcó que hay que transmitir información “clara y veraz”, entre otras razones, para dejar de hablar solo de un MIX 100% de energías renovables y empezar a considerar otras opciones, como la “energía nuclear que no contamina” o las tecnologías de combustibles fósiles con secuestro de CO2. Frente al coche eléctrico, Moratilla apuntó la opción del vehículo de hidrógeno, en el que España no ha invertido y ni siquiera hay hidrogeneras para recargar. “La transición energética no tiene que tirar todo por tierra, no consiste en derogar lo actual”, señaló, tras insistir en que “la ingeniería ofrece soluciones tecnológicas, pero hay que invertir mucho dinero en I+D+i”.
De Manuel Campo Vidal, Angela Baldellou, Cristina Monge, Marta Martínez, Serafín Romero y Yolanda Moratilla