Área de Presidencia

Excmo. Señor Presidente del Senado, Excma. Señora Ministra de Fomento, autoridades, Decanos de los Colegios de Arquitectos, familiares de los arquitectos premiados, compañeros y amigos, señoras y señores, bienvenidos a este acto de entrega de la Medalla de Oro de la Arquitectura y  de las Medallas del Consejo de Arquitectos.

Ante todo, le debemos un primer agradecimiento al Presidente del Senado, el arquitecto Pio García Escudero, por presidir hoy este acto y por facilitarnos una vez más, este escenario incomparable para la celebración de la entrega de nuestros premios. La Arquitectura española, fiel a su tradicional compromiso social y carácter público, no ve mejor marco que el del Senado para entregar sus medallas y distinciones a aquellos que han destacado en este importante servicio a la sociedad.

 

Señora Ministra, muchas gracias por acompañarnos, también una vez más, en un día importante para nosotros como el de hoy, en el que se reconoce y celebra la importancia de nuestra disciplina y de sus más cualificados representantes.

 

Mi reconocimiento a la tarea de los miembros del Jurado de la Medalla de Oro de este año,

 

Luís Fernández-Galiano Ruiz, Sol Madridejos Fernández, Rafael Durá Melis, Alfonso Toribio Gutiérrez, Vicente Verdú Maciá y Eloy Algorri García,

 

a los miembros del jurado de las Medallas Cscae, que son todos los Decanos, así como mi agradecimento a todos aquellos que mediante la presentación de candidaturas han contribuido al buen desarrollo de la convocatoria, así como a Rafael Moneo, Medalla de Oro de la Arquitectura en el año 2006, y a Joan Busquets, quienes han aceptado participar en este acto, dignificándolo. Y en fin, muchas gracias a todos ustedes por su presencia.

 

Nuestra profesión, no podemos olvidarlo hoy, atraviesa momentos de enorme  dificultad. Alguien podría pensar, que tal como están las cosas, deberíamos de trabajar en otros asuntos en lugar de otorgar medallas a compañeros ilustres. Y sin embargo, no es así.

Por el contrario, las distinciones, en momentos difíciles, señalan caminos y expresan mensajes. Mensajes que tienen que ver con la exigencia, el rigor, la calidad, la excelencia y el compromiso. Mensajes que tienen que ver con nuevas ideas, nuevos valores y actitudes y que devienen una señal en nuestros caminos.

 

La Medalla de Oro de la Arquitectura es el más preciado galardón de cuantos concede el Consejo Superior. El objetivo con el que nació, hace más de 30 años, fue el de otorgar un reconocimiento público, a la contribución de  arquitectos que por su trayectoria han hecho progresar nuestra disciplina. En el contexto actual, tan difícil, el significado de este galardón, cobra mayor importancia si cabe, puesto que queremos convertirlo en un símbolo de resistencia, de innovación y de persistencia.

 

Por su parte, las Medallas CSCAE, con una trayectoria menos longeva pero  trascendente y especializada, se orientan al reconocimiento de personas o instituciones, que por su trayectoria, han prestado extraordinarios servicios a la profesión. Así lo acreditan, sin duda, los nombres de las personas ya reconocidas. El ámbito de reconocimiento de las Medallas CSCAE varía pues en cada edición, reconociendo aspectos esenciales para los arquitectos y para la arquitectura. En la primera edición valoramos el mantenimiento de la apuesta tecnológica del arquitecto español, en la segunda, el reconocimiento al impulso desde los Ayuntamientos y las ciudades de unas políticas públicas de arquitectura excelentes y necesarias, en la tercera, a la reivindicación de una tarea legislativa fundacional y estratégica que culminó en la LOE del año 1999, y en la presente edición, la de este año, a la extraordinaria y decisiva importancia del urbanismo y de la ordenación del territorio, que también resulta constitutiva de nuestro modelo profesional y académico, reconociendo la enorme aportación de tres arquitectos urbanistas españoles contemporáneos, autores de relevantes investigaciones y proyectos, que además de dejar su huella en nuestras ciudades han contribuido de forma decisiva al mundo académico europeo, que han influido en las políticas públicas de arquitectura llevadas a cabo el pasado siglo y en fin, que han ayudado a consolidar también el perfil de la nuestra profesión con un alcance distinto y verdaderamente capital.

 

Por todo ello, es una gran satisfacción reconocer hoy públicamente los méritos extraordinarios de

Manuel de Solá-Morales i Rubió,

Manuel Ribas Piera,

Eduardo Mangada Samain,

Antonio Cruz Villalón y

Antonio Ortiz García.

 

Como es notorio, Manuel de Solá y Manuel Ribas, ya no están entre nosotros, por lo que debo agradecer especialmente la presencia de sus familiares que recogerán las distinciones.

 

A todos ellos, y a todos ustedes, al Presidente del Senado y a la Ministra de Fomento, muchas gracias.

 

 

Jordi Ludevid i Anglada

Presidente del CSCAE

20 de noviembre de 2014

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