Assumpció Puig (Girona, 1954), es la primera decana en la historia del Colegio de Arquitectos de Cataluña tras las pasadas elecciones celebradas el 10 de mayo de 2018. Ya en los meses previos ocupó el cargo de decana en funciones en sustitución de Lluís Comerón, elegido nuevo presidente presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España en las elecciones de 2017. 

Aprovechando la reciente toma de posesión del cargo de Assumpció Puig el 11 de junio, hemos contactado con la decana y actual consejera en la mesa del pleno del CSCAE para compartir con ella una serie de preguntas con las que acercar su punto de vista al resto de arquitectos del país, hablar sobre los objetivos de su mandato, la necesidad de prestar más atención a la cuestión de género y los retos a los que se enfrentan las profesiones colegiadas en la actualidad. 

Foto: Anna Mas

¿Cuáles son sus principales hitos y trayectoria profesional a modo de carta de presentación para que la conozcan el resto de arquitectos de España?

Desde 1983 tengo despacho propio, donde he desarrollado una práctica profesional diversa, tanto para las administraciones como para el sector privado, realizando proyectos de equipamientos escolares, deportivos, penitenciarios y culturales, así como espacios públicos y edificios de viviendas, tanto de obra nueva como de rehabilitación. Paralelamente, también he desarrollado la faceta institucional como miembro de la Junta Directiva de la Demarcación de Girona del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), en el Consejo Directivo de HNA o, estos últimos ocho años, como secretaria del COAC. Sobre mi obra, algunos de los proyectos que me gusta mencionar son el entorno del monasterio de Cervià de Ter (Gironès), el parque de bomberos de La Pera (Baix Empordà), y la pavimentación del núcleo antiguo de Sant Llorenç de la Muga (Alt Empordà).

¿Qué inquietudes actuales tiene como arquitecta respecto a nuestra profesión?

Los arquitectos tenemos aquellas atribuciones y conocimientos que nos permiten materializar ciudades y pueblos más sostenibles, más cohesionados, facilitando la sociabilidad en los espacios colectivos, y reduciendo las desigualdades sociales y territoriales. A pesar de esta capacidad transformadora, la sociedad no siempre nos percibe como referentes en la calidad de vida de las personas. Una de mis mayores inquietudes es revertir esta situación: conseguir visibilizar la arquitectura más cotidiana, capaz de solucionar y prevenir los problemas diarios de las personas.

¿Qué objetivos priorizará en su mandato?

Por un lado, como institución al servicio de la profesión, nos centraremos en reforzar y potenciar los servicios a los colegiados, que fomenten la contratación y la diversificación profesional, pero también la formación, la especialización y la acreditación.

Por otro lado, tenemos que recuperar la figura del arquitecto como referente en el día a día de las personas, ya que, a través de la arquitectura y el urbanismo, sabemos que podemos incidir directamente en la vida cotidiana de las personas, independientemente de su género, procedencia o nivel económico.

Asimismo, trabajaremos por conservar y enriquecer el legado cultural de los arquitectos, difundiendo la arquitectura y sus valores e incidiendo en la enseñanza de la arquitectura a nivel escolar.

Finalmente, queremos convertirnos en espacio de debate abierto, proactivo y plural en todas las sedes del COAC (Alt Empordà, Bages-Berguedà, Barcelona, Ebre, Garrotxa-Ripollès, Girona, Lleida, Osona, Pirineu, Tarragona y Vallès). Esto lo conseguiremos multiplicando nuestro compromiso con la defensa del interés público en temas capitales, como el acceso a la vivienda, el cambio climático, el patrimonio o la salud.

¿Qué realizará para promover y fomentar la colegiación entre los arquitectos más jóvenes?

Las nuevas generaciones de arquitectos representan la supervivencia de nuestra profesión, pero también la diversificación de la arquitectura. 

Es clave que la relación entre juventud y Col·legi sea fluida y de enriquecimiento mutuo, para dar respuesta a los retos que tenemos por delante, especialmente cuando, según un informe de una consultora especializada en mercado laboral, ha revelado que el 65% de las profesiones del futuro aún no se han creado.

En el mandato que ahora iniciamos, el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya recuperará la Oficina Joven y el protocolo de bienvenida a los nuevos colegiados. También impulsaremos un programa voluntario de mentoring, que permitirá que los arquitectos Seniors y Juniors compartan conocimientos.

De igual manera, queremos abrir las puertas del Col·legi a la difusión de los trabajos final de grado o de máster, con el objetivo de captar las tendencias presentes en la academia y colaborar en la promoción del talento juvenil.

Además, la nueva Junta de Gobierno y la Directiva de Barcelona, la más joven de la historia, ha designado a dos de sus miembros (Carlos Pérez y Duna Bellmunt) para que sean los encargados de detectar nuevas maneras de entender y ejercer la profesión, basándose en la innovación y la excelencia.

La decana y la presidenta de la Demarcación de Barcelona del COAC son mujeres, ¿cuál es la situación actual de las mujeres arquitectas? ¿qué proyectos tienen por delante?

Por primera vez, la presencia de mujeres arquitectas es superior entre los menores de 30 años, habiendo en los tramos superiores una diferencia mayor entre géneros. Sin embargo, aún tenemos que lamentar que sólo un 30% de los colegiados son mujeres y que existen, de acuerdo con la encuesta de la profesión, manifiestas diferencias salariales según el género y la edad.

Con el objetivo de estimular el cambio, tenemos en marcha la creación de un Grupo de Trabajo de Mujeres, el impulso de un convenio de colaboración con el Instituto Catalán de las Mujeres y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, que permita crear una Comisión que vele por la visión de género en la legislación sobre urbanismo, o el establecimiento de sinergias con asociaciones que trabajen por la igualdad de género, entre otros proyectos.

En este sentido, los colegios profesionales catalanes hemos constituido recientemente una Comisión de Mujeres e Igualdad de la Asociación Intercolegial, que nace con la voluntad de dar visibilidad al papel de las mujeres profesionales en la sociedad actual, establecer puntos de unión con la Comisión de Género del Parlamento de Cataluña o formular políticas de paridad e igualdad, entre otros.

¿Cómo cree que se puede trasladar al conjunto de la sociedad la importancia de las profesiones colegiadas y de la arquitectura en particular?

La sociedad europea otorga un gran peso a los profesionales liberales y da un gran valor a las instituciones que las representan, ya que la importancia de los colegios profesionales es fundamental en la regulación de la actividad, en el ordenamiento del ejercicio profesional o en la formación continuada de los colegiados. Somos útiles a los colegiados, pero también al conjunto de la sociedad.

En el caso de los colegios de arquitectos, unos de los mecanismos de mayor efectividad para la protección del ciudadano y el usuario de los servicios es la potestad para ejercer la deontología en caso de mala práctica profesional, así como la validación de trabajos profesionales o el visado, un sistema de validación documental que da garantía de integridad, cobertura de responsabilidad civil y habilitación específica para el su ámbito de actuación.